Cuando Jesús inició su vida pública, a los treinta años
aproximadamente, poco a poco fue revelando quién era, en qué consistía su
misión y cómo iba a cumplirla.
El bautismo de Jesús
Un día, Jesús se acercó al río
Jordán para ser bautizado por Juan Bautista. Al recibir el bautismo, el
Espíritu Santo bajó sobre Él en forma de una paloma, para acompañarlo en la
misión que estaba por iniciar. Y desde el cielo se oyó una voz: “Tú eres mi
hijo muy querido” (Lc. 3, 21-22).
Las tentaciones
Después de ser
bautizado, Jesús se fue al desierto para reflexionar y orar.
Allí fue tentado a dejar la misión
que Dios le encomendaba y a usar su poder en beneficio propio.
En esta ocasión, y a
lo largo de toda su vida, Jesús venció las diferentes tentaciones de
abandonar la llamada de Dios y empezó su misión con un gran mensaje: “¡El tiempo se
ha cumplido y el Reino de Dios está cerca! ¡Arrepiéntanse y crean esta Buena
Noticia!” (Mt. 4, 17).
Jesús Maestro
Desde el comienzo,
Jesús dejó claro que su misión era hacer el bien a todos, para que
conocieran el infinito amor que Dios Padre tiene a la humanidad. Con sus
enseñanzas y su modo de ser, enseñó que Dios es un Padre bueno que ama
a sus hijos de todo
el mundo y desea que sean felices, que lo amen y no le teman, que sirvan a sus
hermanos y no haya enemistad entre las personas. Todas sus historias y
enseñanzas sólo tenían ese fin.
Jesús Sanador
Como un modo de
mostrar que su mensaje era verdadero y que Dios quería sanar a las personas de todos sus males, especialmente los
del corazón, Jesús realizó muchos signos o milagros.
Curaciones de todo
tipo hicieron que muchas personas entendieran que Jesús no era sólo un sanador,
sino que actuaba en nombre de Dios.
Su identidad
Muchas personas que
lo escuchaban no podían creer que Jesús era realmente el Hijo de Dios. Otras,
como las autoridades religiosas, lo criticaban abiertamente por su modo de
enseñar y por su gran libertad frente a las antiguas tradiciones judías. Pero
Jesús fue demostrando que Él no era un profeta más; era el Mesías esperado,
quien actuaba
con la autoridad de Dios.
Sus discípulos
Desde el inicio,
Jesús formó una comunidad de discípulos, entre los que se destacaron los doce apóstoles, sus amigos más
íntimos. A ellos les enseñó su mensaje de un modo más detallado, preparándolos
para continuar
su misión cuando
Él no estuviera entre ellos.
Entregó su vida
Si bien no quería
morir, aceptó las consecuencias de sus palabras y acciones. Muchos se pusieron
de acuerdo para matarlo y en ello Jesús vio la voluntad del Padre, a quien
quería ser obediente hasta el final.
Así, entregó su
vida, sabiendo que al haber hecho durante toda su vida lo que era bueno, su
Padre Dios iba a salvarlo. Por eso, aceptó ser crucificado y morir diciendo al
Padre: “Todo
está cumplido” (Jn. 19, 30).
Resucitó
Y Dios Padre resucitó a Jesús. Este hecho
fundamental de la fe cristiana demostró que todo lo que hizo y dijo era verdad.
Por eso, Dios lo convirtió en Señor, Salvador de todas las personas y de todos
los tiempos. Con sus apóstoles y discípulos formó una comunidad llamada
“Iglesia”. En ella hay un lugar para todos los hombres y mujeres del mundo.
Ubica en
el mapa las ciudades de las que hablan estas citas bíblicas y escríbelas en tu
mapa:
— Mt. 2,
1-2 — Mt. 16, 13 — Mc. 1, 5-6 _ Lc. 1, 26-28 — Mt. 20, 29-34 — Jn. 21, 1-2
Estaba dividida en siete regiones, que
puedes ver en el mapa: Traconítida, Galilea, Decápolis, Samaria, Perea, Judea e
Idumea. Las tres que más nos interesan son:
Galilea, la región más rica. Era muy fértil para la agricultura y rica
en pesca, pues al norte se encontraba el lago de Galilea, llamado también de
Genesaret o mar de Tiberíades. Jesús vivió casi toda su vida en Nazaret, una
pequeña aldea de esa región y, desde allí, inició su predicación.
Samaria. Sus habitantes eran descendientes de los israelitas que habían
permanecido en el país después de la destrucción del Reino del Norte (722 a.
C.). Abandonaron su religión y se mezclaron con los extranjeros. Éste era el
origen del odio entre judíos y samaritanos que cuentan los Evangelios. Eran
considerados traidores.
Judea, al sur del país, era la región más poblada. En uno de sus
pueblos, Belén, nació Jesús. En la capital, Jerusalén, donde Jesús murió y resucitó, estaba el Templo.
Jerusalén era el centro político, económico y espiritual del país.
Pinta de distinto color las tres
principales regiones en el mapa de “Palestina en tiempos de Jesús” y encierra
en un círculo Belén, Nazaret y Jerusalén.
2.
Ubica en el mapa las ciudades de las que
hablan estas citas bíblicas:
— Mt. 2, 1-2 — Mt. 16, 13 — Mc. 1, 5-6
— Lc. 1, 26-28 — Mt. 20, 29-34 — Jn. 21,
1-2